La Santa Madre permaneció desde anoche en la parroquia “Medalla Milagrosa”, luego de una procesión y ceremonia de bienvenida en el Monumento a los Caídos en combate -Cruce Varela-. En la misa central de la tarde de hoy, evocaron el resguardo de la Virgen a los Héroes y la valentía de todos los soldados que defendieron el territorio argentino.
El intendente Andrés Watson estuvo presente en el auditorio junto a los veteranos, familias, fieles y vecinos, que por creencia religiosa o por orgullo a los héroes fueron acercándose a formar parte de una tarde de comunión e historia.
"Esta madre estuvo en Malvinas, al pie de la cruz viendo derramar la sangre de tantos hermanos. Para ellos nuestro aplauso, quienes siguen dando la vida por este país", expresó Carlos Tissera, Obispo de la Diócesis de Quilmes.
Y agregó que la imagen "viene a sanar heridas, para que hagamos fraternidad. Queremos pedirle justicia y paz, que nos de cordura, grandeza de corazón, y que dejemos de mirarnos a nosotros mismos y nos reconozcamos hermanos". "Las Malvinas son argentinas. ¡Viva la virgen de Luján! ¡Viva la Patria! ¡Viva Argentina!", culminó.
Al finalizar la ceremonia, los fieles despidieron a la Virgen que fue repatriada luego de 37 años. La misma continuará con su itinerario por el Edifico Cóndor, la Base Aérea de El Palomar y estará el domingo en la Basílica de Luján.
Por su parte, Daniel Doronzoro, que hizo posible la presencia de la Madre Santa, agradeció a todos los que colaboraron con su labor, porque "hicieron todo con mucho amor". Y recordó la bendición del Papa Francisco a mil rosarios que fueron entregados al finalizar la misa.
Por la mañana, la parroquia abrió sus puertas para compartir charlas y testimonios trascendentales, tal como sucedió por la tarde con un relato emotivo sobre el conflicto del Atlántico Sur y la compañía de la Virgen durante el combate, a cargo del capellán Vicente Martínez Torrens y del soldado Jorge Palacios.