“Un sueño hecho realidad, muy cerca de concretarse”, expresó la docente. Puntualizó en el impacto de la obra desde “una perspectiva pedagógica, por la implicancia en el uso del espacio en los procesos de enseñanza y aprendizaje”.

“Fue un proyecto que repercutió no solo en el alumnado o el grupo profesional sino en toda la comunidad. Las labores en el exterior también beneficiaron a vecinos y vecinas de la zona”, señaló.

La responsable de la emblemática institución mencionó la supervisión del intendente -Andrés Watson- durante el progreso de los trabajos. “Una mirada atenta y un trato cálido. Estuvo pendiente a los materiales utilizados. Diagramó en base a una escucha activa tras preguntarnos sobre la disposición de los diferentes sectores”, repasó.

“Fue la primera vez que hicieron un cambio tan importante en el Instituto. Nos sentimos reconocidos por el Municipio”, remarcó Bartel quien vio en las mejoras edilicias la materialización de “una gestión que priorizó la educación y la relevancia de esta esfera para el desarrollo de la sociedad”.

El accionar contempló tres etapas: el reacondicionamiento de las instalaciones con refacción de cubiertas, núcleos sanitarios, cielorraso, pintura, entre otras tareas; modernización del sistema eléctrico; colocación de acondicionamiento térmico más la construcción de veredas y refugios. Para la vinculación de esta última fase, inició el proceso licitatorio.