Griselda Benítez es una vecina de Florencio Varela cansada ante una compañía de telecomunicaciones que no atiende sus demandas. Angustiada, llega a Defensa del Consumidor y pone fin al vínculo comercial.
“Realizo la baja del sistema mediante la página web, pero al terminar los procedimientos nunca me dan un número de gestión”, narra la mujer. Sin contar con la prestación y el cobro todavía vigente, decide llamar a la firma.
“No me responden. No me dan soluciones. Sin una constancia, estoy atada de pies y manos. Hacerlo por mi cuenta afecta mi salud”, lamenta. En ese momento, acude a las oficinas municipales.
“Antes de la audiencia entre partes, me reintegran la plata y logro mi objetivo. Incluso, obtengo una compensación por la actualización de montos”, asevera.
“Cuando un ente público funciona hay que reconocerlo, dar las gracias y difundirlo. Es importante para la comunidad porque es un servicio gratuito, eso es válido”, concluye.